Utilizando un decibelímetro Sper Scientific 840005 se tomaron
mediciones de la intensidad de sonido por la tarde de la primera vuelta (2
de agosto) de elecciones en el año 2000 para decano en diferentes
localidades de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de San Carlos
de Guatemala. Los resultados de nivel de intensidad de sonido en cada
localidad fueron aproximados al estado estable asumiendo una
distribución normal caracterizada por su valor medio y varianza. La
estimación del valor medio de intensidad de sonido para cada localidad,
expresada en decibelios (dB), fue transformada a la escala en
ponderación A utilizando la ecuación , y se calcularon
adicionalmente los valores del cuantificador NC usando la ec. 3.
Los valores numéricos de estos resultados, con un 68% de confidencia,
se presentan en la tabla 3.
El análisis de estos resultados permite verificar que los niveles de ruido encontrados el día de la primera vuelta de las elecciones para decano en el año 2000 en la Facultad de Ingeniería superan por mucho las recomendaciones de los criterios de control de ruido y los niveles inofensivos para la salud. De acuerdo al criterio NC se observa que dentro del edificio T-3 ningún salón cumple las condiciones para albergar actividades académicas, y que en los salones inferiores el ruido es mayor que el permitido en ventas y talleres, la categoría del máximo ruido aceptado. Ambos criterios de ruido descalifican tanto a la biblioteca de la facultad como a las oficinas de las autoridades universitarias en las cercanías, siendo estas instituciones en funciones durante el día de las elecciones. Considerando la incerteza de las mediciones, se obtiene también que de acuerdo al criterio de ruido de la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de los salones estudiados es apta con seguridad únicamente para fábricas ruidosas, restaurantes y bancos, actividades fuera del contexto universitario. Por lo tanto, las características académicas propias de la Universidad desaparecen por completo el día de las elecciones, sacrificándose por un proselitismo político de dudosa responsabilidad. Además que en la práctica estas elecciones resultaron inutiles, puesto que por orden del Consejo Superior Universitario estas deben repetirse en abril del 2,001.
Una medida de la responsabilidad de la propaganda electoral puede encontrarse, no obstante, en la posibilidad de afecciones físicas y psíquicas en las personas que permanecieron varias horas expuestas al ruido, especialmente en las cercanías del área de columnas, el pasillo inferior del edificio T-3 y la puerta este del mismo edificio. Se sabe que solamente la exposición al ruido en este día es suficiente para la adquisición de deficiencias agudas en la salud. Mas, combinándose varias exposiciones anuales a ruido de esta magnitud con, por ejemplo, las derivadas de viviendas cercanas a arterias con alto tráfico vehicular, puede esperarse con certeza que la propensión a enfermedades crezca peligrosamente [2]. De esta manera, a) la visión nocturna, b) el peristaltismo intestinal, c) la capacidad de conciliar el sueño y d) la concentración intelectual de los individuos expuestos al ruido en estas tres localidades fueron sometidos a esfuerzo, pero además, e) la presión arterial, f) la frecuencia respiratoria, g) el pulso y h) la audición del personal universitario y estudiantado pueden sufrir también anomalías. Estos resultados ponen en evidencia que la práctica de la propaganda electoral en la Universidad a altos niveles de sonido es fuente indiscriminada de perjuicios a la comunidad universitaria en general.